jueves, abril 21, 2005

A ustedes


Y hoy les veo
Y comprendo que son mis amigos

Pequeños
Grandes seres en formación.

Les escucho cantar,
Les escucho reir
Llorar
Hablar
Sentir;

Porque el sentimiento también tiene sonido.
Suena a riachuelo
A apedreadas situaciones

Suena fuerte
Y despacito.

Siempre suena.
Y son tantas las maneras.

Y les percibo
y les observo
y les cuido
y me cuidan
y aunamos pensamiento y vacío.

Son mis “niños”:
Los que gritan,
Los que no hacen ruido.
Los que escuchan y proponen
Que preguntan y disponen.

Les presiento
Y les conozco
Por más, por menos o por mucho.

Y tal vez ustedes también me presienten
Tal vez ustedes también me conocen.

Lo cierto e importante es que los quiero.
Porque cualquiera que sea la medida, la razón o el sentido,
Son mis amigos.
Porque hemos entablado relaciones entre ocurrencias y el olvido
Entre los pisos
Los horarios
El cansancio y el hastío.
Entre papeles y teclados
Cafés y cigarrillos.
Cartones y plumones
Y días oscuros matizados de colorido.

Porque de tanto circular
nos hemos recibido,
hoy les digo mis “pequeños,”
son ustedes mis amigos.

Entre oportunidades y motivos,
voluntarismo, indecisiones y sin sentidos.
Entre horas y abatares,
Compromisos e ilusiones
Entre todos y de a uno,
Mal que mal,
Son ustedes mis amigos.

ENTONCES,
Sepan que les agradezco
El esfuerzo
Los oídos
Las palabras
La paciencia
La energía
La inquietud

¡¡todo ese ruido!!

Son pequeños grandes seres;
Y aunque sean viejos y arrugados
Y yo siga jugueteado a bastonazos evadiendo el olvido,
Les advierto,
Por esto de la preponderancia y las costumbres,
Seguirán siendo
“mis niños”.

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