lunes, julio 10, 2006


Tal vez me pinte los labios para salir/o para llegar
Y sea solo una sonrisa imperturbable.


De un lugar a otro, de una luz a un encierro, del encierro al sol.
Y nadie verá.
Nadie ve
Detrás de las sonrisas imperturbables.

Podrían pertenecer a un sacerdote o a una amante de la prostitución.
La imperturbabilidad les desconecta.
Desde fuera, desde el lado, desde frente, nadie ve.
Nadie sabe.
Porque es imperturbable.
No existe.

¿Y si me pinto los labios de imperturbabilidad?.
-Soy maniquí.
Y daría lo mismo
el vestuario,
la cara,
la edad,
el día,
la noche.

Solo existiría la imperturbabilidad del escondite sonriente.

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¿Cuántos imperturbables andan por ahí?.